Pablo Gamboa

«A los quince años de edad ya escogió su destino. En línea recta, como una flecha, siempre supo hacia dónde ir. Hijo de un ingeniero eléctrico y un ama de casa, el arte no era parte de su sangre, pero sí de su piel. Así lo decidió. Su vida es el sueño de muchos artistas: se dedica exclusivamente al arte. El arte es su meditación, pero sobre todo, una forma de abordar la vida, de investigarla.»

* Tomado del artículo «Pablo Gamboa: como un perro callejero» publicado en revista Mundo Diners